Lo cierto es que para aquellos que somos algo más jugones, cuando estamos pensando en la compra de un nuevo monitor, siempre miramos más aspectos como el tipo de panel y el tiempo de respuesta. Pero hay un apartado que también resulta imprescindible… Los hertzios. Suele ser algo muy común el comprobar este dato en televisores o smart tv pero también es un detalle que mejora la experiencia de juego en nuestro monitor para Pc.
Antes de nada, debéis saber que el hertzio es la medida que se utiliza para indicar la frecuencia de refresco y que, cuanto mayor sea este dato, más imágenes por segundo será capaz de mostrar nuestro monitor. Lo cierto es que puede que este dato pase un tanto desapercibido para el jugador medio y es que un equipo de este tipo parte en nuestra web desde unos 240€.
Porqué necesitas 144 hertzios
Hay que destacar un matiz importante: los herzios deben ser reales y es que mediante software se puede elevar esta cifra (hemos visto valores que incluso han alcanzado los 800 hertzios como es el caso de algunas Smart TV). Cada marca define a estos “hertzios” como CMR, CMI o Motion Flow por lo que hay que identificar el valor real e intentar que este sea el más alto posible. Esta afirmación es sobre todo aplicable en el caso de smart tv y es que para un monitor no se dará el caso de encontrar cifras tan altas en este valor.
144 hertzios sí, pero sólo si puedes permitírtelo
Y aquí ya no estamos hablando solamente de una cuestión económica sino de una cuestión de rendimiento de tu equipo. Os ponemos en situación.
Para que os hagáis una idea, 1 FPS es equivalente a 1 Hz. La gran mayoría de monitores, a día de hoy, trabaja a 60 hertzios lo que supone que si nuestro equipo es capaz de arrojar un número de FPS por encima de ese valor, tendremos problemas de Tearing (añadimos un vídeo para que os hagáis una idea de qué es este fenómeno). Es por esto que aparece el Vsync, que tiene como finalidad evitar este fenómeno, bloqueando los FPS que es capaz de alcanzar tu equipo a la frecuencia máxima de tu monitor.
Pero esta tecnología tiene 2 principales inconvenientes: por un lado está el consiguiente descenso de rendimiento que conlleva el uso de la misma y, por otro lado, la aparición de stuttering. Tranquilos de esto último os dejamos un vídeo explicativo que os aclara qué efecto produce este fenómeno. Otro problema derivado y que sólo los ojos más entrenados serán capaces de apreciar será el input lag («retardo entre nuestra acción con el teclado o ratón y su muestra en pantalla»), un problema que tanto el G-sync como el Free Sync vienen a solucionar pero esto es otra historia que trataremos en otro artículo.
Pero ¿ Qué pasa entonces si adquirimos un monitor de 144 hz y nuestro equipo no es capaz de aprovecharlos ya que no tiene la potencia necesaria para llegar a esos 144 fps ? Pues bien es aquí cuando realmente no apreciaremos un cambio notable en la fluidez de movimiento y quizá no convenga la compra de un monitor de este tipo si buscas una diferencia sustancial en juegos. Aún así, la mejora en la fluidez en el escritorio de windows y en aplicaciones sobre el mismo, es realmente atractiva, tal y como vimos en el equipo de Benq que analizamos hace unos meses.
No cabe duda de que la evolución hacia los 144hz es un paso positivo y que mejora la experiencia de juego pero todo ello con un gran inconveniente: La necesidad de un equipo realmente potente. También es importante destacar los diferentes problemas que van surgiendo a la hora de aplicar mejoras como Vsync por lo que ligados a esos 144hz, es importante que estén incluidas tecnologías como Freesync o Gsync.